¡Hola a todos!
Os dejo por aquí una nueva reseña que recibe «Qub1k» en Amazon.
La escribe Adrián, a quien quiero dar, de todo corazón, las gracias tanto por su interés en la novela como por sus palabras:
«Esta es la segunda novela publicada del autor. La primera, «La última misión» es una historia de ficción llena de misterio y aventuras.
La verdad es que el título llama la atención y te hace preguntarte qué significa. Necesitas llegar a la página 87 para comprender de dónde viene. Pasa lo mismo con la portada. El rostro de esa niña que más adelante descubriremos que se llama Nina y que juega un papel muy importante en la historia.
Es un libro fácil de leer, tanto por el número de páginas como por la forma de narrar del autor, a mi parecer, impecable. Se nota su labor periodística.
Contada por un narrador omnisciente, a lo largo del libro iremos dando saltos en el tiempo. Nos adentraremos en el futuro, concretamente en el año 2188, y regresaremos al año 2010.
Los personajes son todos auténticos, muy bien caracterizados, al igual que los diálogos, creíbles y muy bien construidos. Me encantan que los autores tiren de los diálogos porque, a mi parecer, la historia se hace más amena.
Sin duda es una historia de ficción llevada al futuro. El 13 de noviembre de cada año muere una niña y nunca nadie fue capaz de descubrir quién era el autor de dichos asesinatos. Una de esas niñas era la hija del inspector Miguel Rupérez, que desde entonces el hombre estaba muerto en vida y, como muchos, se atrevió a acudir a Qub1k, para olvidar o quizás recordar, como si de una droga se tratase, y de la que se beneficiaban unos cuantos.
Diego nos habla del cambio climático, uno de los problemas que más preocupan ahora mismo a la mayoría de los ciudadanos del mundo. La crecida del nivel del agua en el mar, engullendo sin previo aviso lo que creemos que nos pertenece, provocando, así, un éxodo masivo hacia localidades alejadas del mar. Esa gente sufrió el resto de sus días no solo la pérdida de sus viviendas y de seres queridos, sino el ser etiquetados como «refugiados climáticos».
El autor ha sabido plasmar perfectamente hasta qué punto estamos dispuestos a llegar por conseguir algo de paz interior, sin miedo a arriesgar la propia vida para lograr no sentir remordimientos por lo ocurrido en el pasado. Hay una frase que me gustó mucho:
«Hay vidas que parecen que están marcadas, de una forma u otra, por la tragedia».
Y por último decir que yo también he sentido miedo de «el hombre malo». Ahí lo dejo, para que si queréis saber a qué me refiero, leáis la novela, de una calidad suprema.
Si tengo que poner una pega diría que los capítulos se me hacían un poco largos pero ya digo, eso es una manía mía pues todo lo demás está impecable.
Para mí el final queda abierto por lo que el autor nos deja una puerta abierta cara a una segunda parte que, los que lo hemos leído, estaremos deseando que llegue para averiguar más».