De vuelta a casa, para poner fin a este intenso semestre de viajes gracias a «La última misión».
En todos estos meses he tenido la posibilidad de hablar de mi novela en Granada, Ciempozuelos, Albolote, Dos Hermanas, Linares, Armilla, Sanlúcar de Barrameda, Málaga, Lucena, Antequera, Almería y Melilla. Casi nada. Muy agradecido a cada uno de los centros que, en estos lugares, me han acabado abriendo sus puertas.
Del mismo modo que quiero dar las gracias de todo corazón a todas aquellas personas que han tenido a bien acompañarme durante las presentaciones, por su valentía y generosidad: José María De la Hera, Verónica Manzanares, José María Manzano, José Carlos Moreno, Carlos Belmonte, María Teresa Ferrer, Yeray Rosa y Pepe Megías.
Gracias, como no podía ser de otra forma, a todos los lectores que han decidido acercarse a cada una de estas presentaciones para acompañarme y conocer un poco más de mi novela. He podido crecer un poco más como persona y seguir aprendiendo.
Y, finalmente, mil gracias a todos los que, por este medio, me habéis mostrado vuestro cariño y apoyo constante: me habéis ayudado más de lo que podéis pensar todos estos meses.
En general, ha sido una experiencia bastante satisfactoria. Con sus momentos buenos y con sus momentos malos. De todo se aprende. Creo, echando la vista atrás, que salgo reforzado de todo esto: he podido afrontar situaciones, miedos e inseguridades que hace un año, sin ir más lejos, me parecían impensables.
Ahora, toca un tiempo para reflexionar con calma tanto sobre aquello que se ha hecho bien como sobre aquello que se podría mejorar… Y tomar aire para trabajar y ver si alguno de los borradores que tengo son lo suficientemente buenos como para seguir engañándoos
De todo corazón, mil gracias a todos.
¡Un abrazo enorme!